viernes, 24 de agosto de 2007

Viajar a Islandia

Como es necesario importar prácticamente todo, comida, alojamiento y transporte ascienden sobremanera en el Atlántico Norte. De hecho, Islandia está considerado el segundo país, después de Japón, con más capacidad para vaciar el bolsillo de los viajeros. Si se pueden gastar 500 dólares al día, se tendrá acceso a todos los servicios islandeses. Sin embargo, quienes cuenten con recursos limitados deberán esforzarse por mantener el presupuesto.

Si se está dispuesto a prescindir de algunas comodidades y dormir en albergues juveniles, comer en bares y viajar en autobús, es probable que el gasto medio diario se sitúe entre 40 y 50 dólares (46-57 euros). Viajar a Islandia en vehículo particular, y en especial si se trata de una caravana, permitirá disfrutar de mayores comodidades ajustándose a un desembolso razonable. Hay que tener en cuenta que el precio de la gasolina es superior a 1 dólar por litro.


Es factible cambiar cheques de viajero, cheques postales y billetes extranjeros por moneda islandesa en cualquier banco, y se cobra una comisión de unos 2,5 dólares, independientemente del importe canjeado. Las tarjetas de crédito de mayor difusión se aceptan en la mayoría de establecimientos. Los islandeses adoran las tarjetas, y las utilizan incluso para comprar el pan.


No es obligatorio dejar propina: los restaurantes más selectos añaden siempre a la cuenta un porcentaje por servicio, por lo que resulta innecesario gratificar. Aun así, siempre será bienvenida una propina por un servicio particularmente bueno.

Anualmente, a partir del 31 de agosto, el turismo en Islandia inicia su decadencia hasta desaparecer. Cierran los hoteles, los albergues juveniles y los cámpings, y los autobuses dejan de funcionar. La mayoría de los enclaves más relevantes se encuentran prácticamente inaccesibles a partir del 15 de septiembre. A finales de septiembre parece que todo el país, excepto Reykiavik, haya comenzado a hibernar. Aunque es previsible que la situación cambie en los próximos años, es conveniente tenerlo en cuenta a la hora de planificar el viaje.


El Día de la Independencia (17 de junio) es el mayor acontecimiento nacional del año; se celebra con desfiles coloristas, música y baile por las calles y teatro al aire libre. Entre otros eventos estatales, destacan la Sjómannadagurinn (la primera semana de junio), dedicada a los marineros, con competiciones de natación, luchas de cuerda y ejercicios de salvamento en el mar; el Solsticio de Verano (24 de junio), en cuya víspera, según la tradición, el rocío posee poderes curativos mágicos, y quien se revuelque en él conseguirá curarse de 19 problemas de salud; y el Sumardagurinn Fyrsti (el tercer jueves de abril), un festejo similar al carnaval que se conmemora el primer día estival. Entre las celebraciones locales destaca el Pjódhátíð Vestmannaeyjar (en agosto en Vestmannaeyjar), una fiesta trepidante con hogueras gigantescas, acampadas al aire libre, bailes, cantos y borracheras generalizadas. En el resto de Islandia, el Verslunarmannahelgi (también en agosto) acontece con parrilladas, carreras de caballos, reuniones familiares y un elevado consumo de alcohol.

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