jueves, 23 de agosto de 2007

Viajar a Holanda

Los Países Bajos son una nación cara. Aquellos que se conformen con comer patatas fritas, dormir en hostales y visitar los alrededores a pie podrán sobrevivir con unos 25 euros diarios. Este país ofrece múltiples actividades gratuitas, especialmente en Ámsterdam durante el verano; no obstante, los que prefieran comer caliente dos veces al día, una cama cómoda con instalaciones privadas y utilizar transporte público deberán contar, como mínimo, con gastar 70 euros por jornada. Existen muchas formas de ahorrar dinero: los amantes de los museos pueden adquirir un abono, o quienes estén dispuestos a realizar ejercicio pueden desplazarse en bicicleta y evitarse, de esta forma, la gasolina.

Cambiar dinero en los Países Bajos es muy sencillo: en cualquier oficina de correos canjean divisas en efectivo o cheques de viaje, y las grandes ciudades cuentan con numerosas oficinas de cambio. En los bancos se suele ofrecer la mejor tasa de cambio, aunque el servicio resulta excesivamente lento. Los cajeros automáticos, dispersos por todo el territorio holandés, suelen aceptar la tarjeta Cirrus, aunque la más usual es la MasterCard.

En los Países Bajos no es obligado dejar propina, pero los taxis, restaurantes y pubs con servicio de mesa o terraza suelen apreciar que se redondee el importe de la cuenta. Si se está comiendo en grupo, se suele pagar en partes iguales. No merece la pena regatear, aunque a veces son los propios neerlandeses quienes lo intentan en los mercadillos.

Las hordas de turistas acuden a los Países Bajos en verano, la mejor época del año para sentarse ante los canales a tomar algo. La primavera, con los bulbos en flor, también resulta un momento indicado para visitar el país, especialmente en abril, cuando crecen los narcisos, y en mayo, cuando abundan los tulipanes. Se recomienda coincidir en Ámsterdam con el Koninginnedag, Día de la Reina (30 de abril). Llueve con regularidad durante todo el año. El invierno puede traer un frío penetrante, pero los museos no se hallan atestados y, si hiela, se puede patinar sobre los canales y las llanuras inundadas.

El frío mes de enero invita a organizar un evento que paraliza el país, el Elfstedentocht (expedición de once ciudades), un maratón de patinaje sobre hielo que se realiza en la provincia de Friesland. El último se celebró en 1997, y el próximo no se celebrará hasta que vuelva a helar. El Carnaval de febrero se festeja principalmente en el sur católico. El Koninginnedag (Día de la Reina), se conmemora el 30 de abril con una gran fiesta en Ámsterdam durante todo la jornada. La capital se convierte en un gran mercado al aire libre donde se vende absolutamente de todo. El Festival de Holanda, en junio, con mayor resonancia en Ámsterdam y La Haya, suele poseer un carácter intelectual y algo pretencioso, pero existen otros acontecimientos extra oficiales. El Festival de Jazz del mar del Norte, en julio en La Haya, constituye la mayor concentración de jazz del mundo.

Sinterklaas (Santa Claus) es el santo patrón de barba blanca de los niños, que llega "de España" a mediados de noviembre. Va acompañado de traviesos sirvientes denominados Zwarte Pieten (Pedros Negros), y durante esos días el país se inunda de Pedros Azules y Verdes. La noche del 5 de diciembre se hacen regalos anónimos con originales envoltorios, acompañados de poemas escritos por Sinterklaas y que hacen referencia al presente. La Navidad se festeja dos días (el 25 y el 26 de diciembre). Únicamente se pueden vender fuegos artificiales los días anteriores a Nochevieja ; cada 31 de diciembre, día de alcohol y petardos, se contabilizan centenares de heridos.

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