viernes, 24 de agosto de 2007

Viajar a Irlanda

Irlanda es un país caro (en especial su capital, Dublín), aunque los precios varían a lo largo del territorio. Si se parte del supuesto de que el viajero se aloja en un hostal, almuerza algo ligero en un pub y se prepara él mismo la cena, el gasto medio diario rondará los 20 euros, a lo que habrá que añadir algo más si se piensa viajar por el país. Otros gastos extra que se deben tener en cuenta son la costumbre de los hostales de cobrar por darse un baño o, otra tradición, verse en la obligación de pagar una ronda de caras pintas de cerveza Guinness.
En Irlanda, la mayoría de las divisas y los cheques de viaje se cambian sin problema, aunque llevarlos en libras esterlinas ofrece la ventaja de que en Irlanda del Norte no hay cargos por la transacción. Las mejores comisiones las ofrecen los bancos, pero las oficinas de cambio permanecen abiertas hasta más tarde. En muchas de las oficinas de correos se puede asimismo canjear dinero y, además, abren los sábados por la mañana. Por lo general, la mayoría de los establecimientos aceptan tarjeta de crédito; sin embargo, en muchos Bed & Breakfast y en algunas estaciones de servicio de lugares alejados sólo se acepta el pago en metálico. Por todo el país existe multitud de cajeros automáticos.


Los hoteles y restaurantes más selectos suelen incluir en la factura un recargo por el servicio, de entre el 10 y el 12 por ciento, por lo que no es necesario dejar propina. Los establecimientos más sencillos, por lo general, no incluyen este cargo, así que si se opta por dejar propina, se recomienda redondear al alza la cuenta o añadir como mucho un 10 por ciento. No es costumbre dejar propina en bares o a los taxistas, aunque si se quiere dejar algo a estos últimos, un 10 por ciento será suficiente.



Durante julio y agosto, el clima es más templado y el número de horas con luz solar mayor; sin embargo, se trata también de la época con mayor número de visitantes y, por tanto, de dificultades para encontrar alojamiento, y los precios son más elevados. El invierno es más tranquilo, pero el temperatura es pésima, los días cortos y muchos de los lugares de interés turístico permanecen cerrados. Los mejores meses para visitar el país son junio y septiembre que, además de ofrecer el mejor tiempo del año, reciben menor afluencia de viajeros y todo está abierto.


A lo largo de todo el año, se puede asistir a gran variedad de eventos en todo el país: febrero es la época del Festival Internacional de Cine de Dublín ; el día 17 de marzo se conmemora el día del patrón de Irlanda, San Patricio, fiesta nacional; en Irlanda del Norte, la Semana Santa marca el comienzo de la temporada de desfiles de los protestantes orangistas; el día 16 de junio le llega el turno al Bloomsday en Dublín, con representaciones y lecturas alrededor de James Joyce por toda la ciudad; durante el mismo mes, se desarrolla en la ciudad de Listowel (condado de Kerry) un festival literario conocido como la Semana de los Escritores, y en Belfast, el Festival de Jazz y Blues. En julio es cuando se realizan más desfiles en Irlanda del Norte, especialmente el día 12, conocido como El Glorioso, en el que prácticamente todos los miembros de la Orden Orangista salen a la calle para celebrar la victoria de los protestantes en la batalla de Boyne.


Agosto es el mes de las carreras, con la Muestra de Caballos de Dublín y las competiciones de Tralee, en el condado de Kerry. La ciudad de Killorglin, en el mismo condado, es el escenario de la tradicional feria llamada Puck Fair, donde se sirven bebidas sin límite durante días y noches. El primer fin de semana de agosto es la fecha del principal festival de rock anual de Irlanda, en Thurles, condado de Tipperary. En septiembre, Cork festeja su Festival de Cine, y Belfast su Festival de Música Tradicional. En octubre, Dublín alberga el Festival de Teatro ; Ballinasloe, en el condado de Galway, celebra la mayor feria de caballos y ganado del país, y en Kinsale, condado de Cork, se reúnen los mejores cocineros del Irlanda en el Festival del Gourmet. Wexford inaugura en noviembre el Festival de la Ópera, un acontecimiento internacional. En la zona rural, la Navidad es una celebración tranquila, aunque el día 26 de diciembre ha renacido la antigua costumbre de los Wren Boys, grupos de niños disfrazados que, tras cantar algunos himnos, piden algo de dinero.

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