jueves, 23 de agosto de 2007

Viajar a Estados Unidos

Acampando o alojándose en albergues, tomando autobuses y comprando la comida en supermercados es posible explorar el país por unos 50 dólares diarios. Durmiendo en moteles y comiendo en cafeterías modestas se superará la barrera de los 100 dólares, mientras que si se alquila un coche, el presupuesto diario se dispara a 150 dólares. Si lo que se desea es visitar Estados Unidos a lo grande, no hay problemas, pues éste es el mundo del crédito y el consumismo, para el cual no hay cifras límite.

Si se opta por llevar los cheques de viaje, se evitarán molestias y gastos si éstos son en dólares. Los restaurantes, hoteles y muchos comercios aceptan cheques de viaje en dólares como si fueran dinero en metálico. Las tarjetas de crédito más frecuentes se aceptan en casi todas partes; es más, sin uno de estos cómodos chismes de plástico será difícil realizar ciertas transacciones (como alquilar un coche o reservar billetes por teléfono). Dependiendo del grado de sofisticación del banco del visitante, le será posible acceder a su cuenta bancaria utilizando los cajeros automáticos estadounidenses.

En los restaurantes y en hoteles de cierta categoría se suele dejar propina, un 15%. En los fast-food y en los self-services no es necesario. Los taxistas, camareros y peluqueros confían en gratificaciones de este tipo. Los impuestos sobre las ventas varían de un estado a otro, pero suelen ser del 5 al 8%, aunque algunos estados no aplican gravámenes de este tipo. Para los alojamientos más selectos a veces se debe contar con una tasa por cama, que puede ser de hasta el 15%. Es aconsejable verificar si los precios anunciados para el alojamiento incluyen todos los impuestos pertinentes.


Los viajeros acuden principalmente a Estados Unidos en verano; coincide con la época vacacional de los estadounidenses. Para evitar las multitudes (en especial en los parques nacionales) es recomendable viajar en otoño o a principios de primavera. Otoño es la estación ideal para visitar Nueva Inglaterra y los Grandes Lagos, porque coincide con un gran despliegue de colores en los bosques. El área situada al este de las Rocosas es cálida y húmeda durante el verano, sobre todo en el Sur. Los desiertos que se extienden entre las Rocosas y Sierra Nevada (que delimitan el extremo oriental de California) son extremadamente cálidos y secos durante el verano, en particular en el Suroeste.

La costa meridional de California es agradable durante todo el año, pero si se pretende acudir con asiduidad a la playa es preferible visitarla entre junio y septiembre.

A los estadounidenses les encantan los desfiles y la grandiosidad, por lo que las fiestas y celebraciones no escasean. La mitad del país se paraliza durante la Superbowl, la final itinerante del fútbol americano, que se juega en enero. El Mardi Gras (carnaval) de Nueva Orleans, en febrero-marzo, es una fiesta bullanguera interesante para el turista. El Día de San Patricio, a mediados de marzo, se celebra con desfiles y pintas de cerveza irlandesa, y tiene especial relevancia en Nueva York y Chicago. El Derby de Kentucky se celebra en mayo en Louisville.


El Día de la Independencia (4 de julio) se conmemora con una buena dosis de banderas ondeantes, patriotismo, fuegos artificiales y bebidas alcohólicas. Los viajeros empedernidos pueden acudir a la Convención Nacional de Polizones de Tren en Britt, Iowa, en agosto. Halloween (31 de octubre) es una fiesta ideal para los más jóvenes, que van engatusando a todo el vecindario vestidos con terroríficos disfraces. En Greenwich Village, West Hollywood y San Francisco, se celebran subversivas paradas de gays. Los estadounidenses van a visitar a la familia para celebrar con un banquete el Día de Acción de Gracias, el último jueves de noviembre.

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