jueves, 23 de agosto de 2007

Viajar a Austria

Aún es posible viajar a Siria por un módico precio, aunque cada vez resulte más complicado. Se puede sobrevivir con un presupuesto de entre 15 y 20 dólares diarios (pero no resulta muy recomendable), si se está dispuesto a dormir en hoteles de ínfima categoría y alimentarse únicamente de felafels y zumos. Si se prefiere un alojamiento en una habitación con baño y comer en restaurantes una vez al día, será necesario un presupuesto de entre 30 y 40 dólares por jornada.

En Siria, el dinero en metálico es el rey, a pesar de que los cheques de viaje resulten más seguros. No se cobran comisiones a la hora de canjear dinero, aunque deberá abonarse una cierta cantidad por las operaciones que se realicen con cheques. Es poco probable conseguir un adelanto en metálico con una tarjeta de crédito, pero los pagos con tarjeta se aceptan en cada vez más hoteles importantes y grandes almacenes, así como para comprar billetes de avión y alquilar vehículos.

Las propinas son el aceite que mantiene a punto los engranajes de Oriente Próximo. Los camareros de los restaurantes de mayor categoría esperan una gratificación y, en cualquier caso, si no se deja, es muy probable que se equivoquen al devolver el cambio. Los porteros y los mozos de equipaje también esperan recibir propina, pero es el viajero quien decide si merece la pena dársela. Cuando se trata de comprar recuerdos, el regateo es fundamental: no resulta muy difícil conseguir que el precio inicial quede reducido a la mitad.

La época idónea para visitar Siria se concentra en la primavera (de abril a junio), ya que el país registra temperaturas suaves y las lluvias del invierno han disipado la bruma que impide contemplar las vistas el resto del año. La siguiente opción recae en el otoño, entre septiembre y noviembre. Si se viaja en verano, no debe olvidarse un sombrero, protección solar y agua embotellada, en particular si se efectúa un desplazamiento a Palmira, en el Noreste. El invierno puede resultar muy desapacible en la costa y en las montañas, cuando las temperaturas descienden y empieza a llover.

Las vacaciones y festividades sirias se corresponden, en su mayoría, con las fiestas islámicas. La más destacable es el Ramadán, un mes (con fecha variable) de ayuno generalizado entre el amanecer y el anochecer para cumplir con el cuarto pilar del islam. Si se encuentra en Siria durante esta época del año, se debe ser consciente de que la mayoría de personas de alrededor están pasando hambre. El Ramadán finaliza con una gran fiesta, el Eid al-Fitr, donde se celebran oraciones conjuntas, se visita a los amigos, se entregan regalos y se come hasta la saciedad. Ei al-Adah, otro acontecimiento con fecha alterable, constituye el siguiente acontecimiento importante del año y señala en momento en que los musulmanes deben peregrinar a La Meca. Entre las festividades no religiosas, se incluyen el Día de la Evacuación, una celebración con una denominación atractiva, el 17 de abril, y el Día del Movimiento Correccionista, el 16 de noviembre.

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